Fueron pasando los días
y una triste sinfonía
se ha instalado en nuestras vidas.
El llanto roto y ahogado
de los primeros momentos
dejó paso, ya agotado,
a lo que hoy es constante:
Un corazón punzonado
que sangra calladamente.
Gota a gota me mantiene,
con sus lágrimas de muerte,
en la realidad presente,
pues si no fuera por ella
no sería yo consciente
de que el silencio no miente.
Hace un año te marchaste,
no habrá más ningún instante
con la palabra presente,
tendré que hacerme a la idea
de usar el verbo pasado
y tratar de consolarme
con tu precioso legado.
Tú sabes que me arrepiento
de los te quiero callados,
de los abrazos guardados,
¡ahora tengo que soñarlos!.
Aunque mi Fe se resiente
en esta vida demente,
tú me sujetas bien fuerte.
Te adoro y te adoraré
hoy...
siempre...
...eternamente.
ClariBé (2/02/10).
(Foto, playa en Varadero).
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